En la historia de la literatura, es común encontrar obras de
diferentes autores bajo un mismo título. Hay que decir que tener un título
idéntico a otro ya publicado no constituye plagio, salvo que ese título sea muy
específico.
En realidad, como se suele decir, “nada hay nuevo bajo el
sol”. Asumamos que la originalidad absoluta es difícil de alcanzar, y así, todo
lo que se nos pueda ocurrir se le ha ocurrido previamente a otra persona.
Mirando el lado positivo del asunto diremos que al encontrar
títulos idénticos para obras distintas:
1.- Nos damos cuenta
de lo que es el ser humano, cómo cada uno de nosotros interpretamos algo
distinto a partir de un mismo concepto que sería el título.
2.- Constatamos la capacidad del lenguaje para abarcar
significados distintos a partir de una palabra o frase.
Por poner algunos ejemplos:
La sombra del viento
Carlos Ruiz Zafón 2001
Luis Sepúlveda 2009
Angel Gutiérrez 2009
La ciudad y los perros
Mario Vargas Llosa
1963
José Antonio Garriga Vela
2008
El túnel
Ernesto Sabato 1948
Anne Hébert 1998
El visitante
Stephen king 2018
Roald Dahl 1965
John Katzenbach 2015
La catedral
Julio Cortázar 1972
Luis Racionero 1990
La hoguera de las vanidades
Tom Wolfe 1987
Lawrence Block 1982
Yo misma casi coincido. Al poco de publicar Rosas y
espinas, Alfonso guerra publicó un libro con el mismo nombre. Eso sí, yo a
mis libros les pongo siempre un subtítulo, precisamente para evitar coincidencias
y así a Rosas y espinas le agregué: Doce relatos de mujeres en
singular. También me ocurrió con Alta
tensión, que ya existían publicadas
obras con ese título. Yo le agregué: Relatos de misterio y suspense.
Es lo que aconsejo, poner un subtítulo para evitar
coincidencia y también para dar al lector una pista sobre lo que se trata la
obra, y si publicas en Amazon, las palabras que
utilices en el título y subtítulo servirán como palabras claves para que,
al buscar un lector en dicha plataforma, tu libro aparezca en el listado.
Ya que coincida título y subtítulo es plagio (blanco y en
botella)
©Manuela_ferca